martes, 28 de febrero de 2012

Flash (Arcadio José de la Rosa)

Que extraño se siente encontrarme rodeada de silencio dentro de mi hogar. Todos duermen. No es tarde, por lo menos no tanto, aún el sueño no ha vencido mi testaruda vigilia.

Entonces, aprovechando la ocasión, me tomo un tiempo para mí, para desperdiciarlo de la manera que me plazca.

Quiero bautizar mi tiempo recién nacido, ponerle un apelativo que refleje su importancia, algo largo, con dejos de nobleza, aunque para otros no lo valga, no importa, es mi tiempo. Quiero darle un trato especial, que entienda como extraña su breve caminata a mi lado.

Debo apresurarme, ser ágil aun sea a estas horas, puede ser que en cualquier momento finalice su existencia; con alguna tos repentina, un ronquido no esperado, o al materializarse como espada mi nombre (cualquiera de ellos) en el espacio.

Esta es la primera vez que escribo bajo este techo y como ya he dicho, las primeras veces hay que celebrarlas. Aun el silencio no se ha roto.

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