Calma ansiosa mente, respira.
No desates el fuego adormecido
deja en paz el torbellino en sus rincones
no los llames
no los pienses.
Olvida nuevamente su existencia
imagina mejor se han perdido.
No quieras saborear la fuerza
desgarrante tras los velos
si su agria pasión descansa ya
anestesiada.
No grites, no hables
no llores más y vuelve
al campo extenso de las flores.
Regresa con paso firme y pausado
acaricia tus cadenas que han crecido como hiedra
alimentadas por tu elixir
legítima pócima llamada por tu nombre
conjuro de cada noche.
Olvida mente, olvida
no sientas que vives.
No desates el fuego adormecido
deja en paz el torbellino en sus rincones
no los llames
no los pienses.
Olvida nuevamente su existencia
imagina mejor se han perdido.
No quieras saborear la fuerza
desgarrante tras los velos
si su agria pasión descansa ya
anestesiada.
No grites, no hables
no llores más y vuelve
al campo extenso de las flores.
Regresa con paso firme y pausado
acaricia tus cadenas que han crecido como hiedra
alimentadas por tu elixir
legítima pócima llamada por tu nombre
conjuro de cada noche.
Olvida mente, olvida
no sientas que vives.
4 comentarios:
Muy bueno Ades!
Un placer leerte
Claudia desde La perla de Janis, Buenos aires, Argentina
Muy chulo!
Gracias por su presencia!
Abrazos!
Me llegó una invitación a visitarte y la tomé, y me llené de goce leyéndote...
Tienes el don del verso y el poema
No pares que lo haces muy bien
Un poeta desde Colombia, te saluda
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