Te comparo con la muerte.
No quiero que existas, aun así, eres inevitable.
Sombra que me persigue
manos asfixiantes rodeando mi cuello
extractor meticuloso de lágrimas.
Voy a gritarte lo que pienso un día
ese día, lavará el sórdido aullido todo temor
ese día se llenará el hueco infinito que nace donde empiezas.
Y cuando se asome la jornada en que seré fuerte
conocerás finalmente de mi
sabrás a quién pertenecía el escondite de mi cuerpo
y seré libre.
Pedirás perdón, lo sé,
serán tuyos los miedos
cuando levantes la mirada
Pedirás perdón, lo sé,
serán tuyos los miedos
cuando levantes la mirada
me verás como a la muerte,
indomable.
indomable.
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